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Los tiempos de la adicción: un breve recorrido por el antes, durante y después de un tratamiento

  • Foto del escritor: Melina Gancedo
    Melina Gancedo
  • 16 abr 2021
  • 2 Min. de lectura

ANTES de un tratamiento, la persona que tiene un problema de adicción no puede verlo como tal. Puede sentir


frustración, impotencia, confusión, angustia, desesperación pero aun así no hay pedido de ayuda o intención de cambio porque no hay conciencia del problema ni percepción de los riesgos que éste puede acarrear. Hay una relación de dependencia entre esta persona y las sustancias.


Una vez que la persona adicta logra visibilizar y reconocer la existencia de un problema, y acepta que necesita ayuda, (porque recuperarse solo es muy difícil cuando no imposible) es muy importante iniciar y transitar un complejo y movilizante camino de recuperación para dejar de consumir, entre otras cosas… El dejar de consumir es el inicio, gracias al cual se puede empezar a transitar las diferentes situaciones de la vida cotidiana con recursos propios y sin depender del consumo de sustancias, objetivos claves DURANTE el tratamiento. Es indispensable implicarse verdaderamente en un tratamiento especializado, el cual arranca con el dejar de consumir y continúa con el aprendizaje de hábitos de vida saludables, elaboración de proyectos de realización personal, mejora en los modos de vincularse con los otros, nuevas maneras de resolver conflictos intra e interpersonales.


Se producen cambios en el hacer, pensar y sentir, por lo cual se pueden llegar a vivenciar ciertas crisis en tanto que esos cambios producen contradicciones o sensación de extrañeza a la hora de implementar recursos propios que son nuevos y muy distintos a los puestos en marcha en tiempos de consumo. Por lo tanto, estos momentos críticos, pueden ser considerados como propios e inherentes a esta etapa y hasta esperables y necesarios.


Probablemente antes de un tratamiento era común evadir o calmar angustia, enojo, tristeza, soledad, miedos, vergüenza, impotencia, (entre otros sentimientos, emociones y problemas de la vida diaria) con consumo de sustancia, vivenciando a éste como una salida, refugio o sostén para evadir u olvidar una situación insoportable.


Durante el tratamiento, frente a mismas sensaciones dolorosas o conflictos, se construyen e implementan nuevos recursos, los cuales se espera que se sigan desarrollándose y fortaleciéndose en el DESPUÉS del tratamiento. Un ejemplo es la resolución de conflictos a través de la palabra, quizás algo impensado en situación de consumo, donde el acto (por lo general violento, hacia terceros y/o hacia sí mismo) reemplazaba a la palabra. Otros ejemplos son: incorporar hábitos de cuidados de la salud y el cuerpo, como una alimentación saludable y realizar actividad física, promover espacios de charla y dialogo familiar, practicar poner en palabras lo que antes se callaba y enfermaba, emprender, capacitarse, buscar crecer, cuidarse y quererse.


Todos estos cambios se logran aplicando en el después del tratamiento lo interiorizado en el durante, teniendo como base el sostenimiento del no consumo con prevención de recaídas, en pos del desarrollo de una vida autónoma y saludable, asumida responsablemente.


Lic. Melina Gancedo

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