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Volver al barrio tras un tratamiento en CT. ¿Cómo convivir con aquello que no cambia?

  • Foto del escritor: Melina Gancedo
    Melina Gancedo
  • 31 mar 2021
  • 2 Min. de lectura

El tratamiento de recuperación en comunidades terapéuticas es una modalidad de tratamiento residencial para la rehabilitación de personas con problemas de adicción por consumo de sustancias psicoactivas.


Esta forma de tratamiento se utiliza como último recurso, cuando ya se ha realizado una evaluación bio-psico-social pertinente que indique que la internación es el tipo de tratamiento que necesita el consultante, debido a que la dependencia a las sustancias es muy grande, o ya se pueden observar deterioros en varias áreas de su vida (psicológica, física, legal, familiar, laboral, social) y el tratamiento ambulatorio no se evalúa como el apropiado para este tipo de situación.


En la comunidad terapéutica se utiliza como recurso un primer momento de separación del contexto cotidiano del consumidor, para que pueda empezar a configurar un nuevo estilo de vida, lejos de los estímulos y variables que lo llevaban a consumir: la esquina, el bar, la casa donde vende el “transa”, los pibes, el consumo en la casa. Luego, a medida que avanza el tratamiento, la reinserción social será parte muy importante de la recuperación.


Si el tratamiento logra un cambio global en el estilo de vida + el cese del consumo, se percibirán diferencias respecto a la vida que se ha logrado dejar atrás.

“Todos mis amigos consumen”. Volver al barrio no es fácil, volver a la “normalidad” trae aparejado poner y ponerse límites. Se comienza a trazar una disyuntiva entre cortar todo vínculo previo, en algún punto relacionado con el consumo de sustancias, o continuarlo, con límites, con diferencias o con la incertidumbre de si el contexto social motivará o incentivará el consumo.


Es una realidad que los amigos o los compañeros de consumo, no pueden determinar el consumo propio. Es decir, relacionarse con tal o cual persona no es sinónimo de una recaída obligada en el consumo de sustancias. El mundo social podría presentar las condiciones para el desarrollo de una adicción pero no lo determina. Una adicción es un fenómeno complejo, en el cual intervienen una serie de factores que dan lugar a su desencadenamiento y ningún factor por sí sólo es suficiente para lograrlo.


Sin embargo, volver al barrio, volver a relacionarse con los (hasta ahora) ex compañeros de consumo, y ni hablar si el consumo reside en la propia casa, representan una cuestión cargada de ansiedad, miedo o dudas respecto a lo que el tratamiento ha generado.


Lo que antes era normal, propio de la vida cotidiana, se convierte en posible factor de riesgo de una recaída.


Por lo tanto, es imprescindible el trabajo terapéutico no solo a nivel personal, es decir la relación del paciente con su consumo, si no también, abordar su problemática teniendo en cuenta el contexto socio-familiar que habitó y habitará.


Será muy importante trabajar en una reinserción social distinta, donde los vínculos no se encuentren contaminados por la identificación en el consumo de sustancias. Para ello, como objetivos terapéuticos tendremos el fortalecimiento de autoestima y autoconfianza y de habilidades sociales para desarrollar una toma de decisiones a conciencia, con puesta de límites a sí mismo y al entorno, para hacer frente a la presión de pares que muchas veces obstaculiza el proceso de prevención de recaídas.


Lic. Melina Gancedo








 
 
 

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