Adicciones: ¿por qué se dice que afectan a toda la familia?
- Melina Gancedo
- 10 ene 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 27 sept 2021
Vergüenza, miedo, enojo, frustración, angustia, son sólo algunas de las razones por las cuales se suele decir que una adicción afecta a toda la familia de la persona que presenta este problema.
Una adicción genera en quien la padece efectos en su cuerpo, en su mente, en su sistema nervioso, en sus conductas, en su forma de pensar. En definitiva, una adicción altera la vida entera de la persona que la tiene, por eso se dice que es un problema complejo, tiene consecuencias en las diferentes áreas de su vida.
Este hecho preocupante puede ocasionar que la persona cambie abruptamente de humor, no asista a su trabajo, protagonice un accidente o presente dificultades con sus vínculos más cercanos.

Día a día, si la adicción no es tratada y frenada, los problemas parecen ser más grandes, lo cual genera mucha inquietud y angustia en las personas que conviven con la persona adicta o que pertenecen a su círculo más cercano.
La preocupación familiar empieza a hacer apariciones cada vez más recurrentes. Los seres queridos empiezan a ver cómo gradualmente la persona adicta va perdiendo control sobre sus acciones, sobre lo que dice o hace cuando está bajo efectos del consumo si hablamos de una adicción por consumo de sustancias.
Esta cuestión también se puede generar aún cuando no hay sustancias interviniendo. Se trata de aquellas adicciones sin drogas, también llamadas adicciones sin sustancias o adicciones comportamentales.
Por ejemplo, en el caso de la ludopatía, la persona adicta se desespera por volver a jugar una vez más. Siente los síntomas de la abstinencia, es decir de la ausencia de su conducta adictiva, se siente irritable, nervioso, ansioso. Siente que necesita ir a jugar, es en lo único que puede pensar, siente que es su prioridad. El cuerpo tiembla, la mente no deja de pensar en jugar. Sabe que no debe, que puede ocasionarle nuevos problemas, que ya discutió con su familia. Sabe, pero a la vez sufre.
Siente dependencia hacia esa actividad. Siente la abstinencia, que le genera malestar y siente la compulsión, que hará que recaiga, otra vez.
Esta situación también desespera a la familia, en todos los sentidos. Por la salud física y mental de la persona adicta y la propia, por las preocupante consecuencias económicas que puede generar esta situación. Por eso, la familia también se siente nerviosa, ansiosa, preocupada, angustiada.
Los miembros de una familia que tiene una persona con problemas de adicción pueden experimentar problemas psicofísicos, estrés, ansiedad, dificultades para conciliar el sueño, trastornos de la alimentación, enfermedades, etc.
Por eso, una adicción que afecta a un ser querido, también afectará al resto, y por ello es importantísimo para la salud y el bienestar de la familia que entiendan qué es una adicción, por qué su ser querido hace lo que hace, por qué rompe promesas de no volverlo a hacer.
Abstinencia, compulsión y dependencia son sólo algunos conceptos que las familias deben comprender para poder entender la compleja problemática con la que están lidiando.
Además de las afectaciones físicas, psicológicamente se pueden desarrollar muchos aspectos que generan malestar como por ejemplo: miedo a que vuelva a ocurrir la conducta adictiva, miedo a que haya nuevas y peores consecuencias por la conducta adictiva, miedo a que haya algún tipo de violencia; Angustia por no saber qué está pasando, cómo poder ayudar, qué hacer para acompañar a su ser querido, o también cómo elegir dejar de acompañar, que también puede ser una elección saludable, dependiendo el caso; Vergüenza si la persona está fuera de control o haciendo “papelones”; Enojo por los comportamientos o malos tratos de la persona adicta, si los hubiera, enojo porque ha recaído una vez, enojo porque pareciera que “no quiere cambiar”.
Son muchas las sensaciones, angustias, traumas, ansiedades que van dejando su huella cuando arrasa la adicción.
Sin embargo, una adicción es un problema de salud que tiene recuperación posible, tras un proceso complejo, que puede durar años, pero es posible. Y también es posible y necesaria la contención a los familiares que padecen a la par esta problemática.
Buscar orientación, información y/o contención es fundamental en las familias, para entender la complejidad de la adicción y también para aprender cómo convivir con estas situaciones y cómo acompañar a su familiar de una manera más consciente y sana para todos.
Lic. Melina Gancedo
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