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Un viaje peligroso, volando entre el alcohol y la cocaína

  • Foto del escritor: Melina Gancedo
    Melina Gancedo
  • 17 feb 2021
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 27 sept 2021

A partir de la película “El Vuelo” de Robert Zemeckis, indagaremos la relación entre consumo de alcohol y cocaína, cuando una droga es consumida después de la otra para detener los efectos que produce y lograr cierto “equilibrio”. Describimos la secuencia alcohol-cocaína-alcohol sin elogiar a ninguna de las dos y recordando que ambas alteran y perjudican al organismo.


Son varias las escenas en las que la película nos presenta la relación entre estas dos sustancias. Focalizaremos en la relación singular que el personaje principal, Whip Whitaker (Denzel Washington), construye con el alcohol y la cocaína, dejando de lado todo análisis ético-moral sobre este personaje y su desempeño laboral.



Primera “secuencia alcohol-cocaína”


Ya desde el comienzo de la película, se puede observar esta secuencia: segundos después de despertarse, Whitaker recibe un llamado telefónico y bebe alcohol; se empieza a entender que padece dependencia hacia él ya que lo consume para acomodarse y poder enfrentar con mayor seguridad dicha llamada. Al finalizar la llamada dice que se siente mareado y que debería haber comido.

La “solución” que encuentra es inhalar una línea de cocaína. La cocaína, al ser una droga estimulante, produce aumento del ritmo cardíaco, euforia, sensación de poder y de mayor confianza en uno mismo. Por ello, acto seguido, y ya bajo el traje de piloto, se lo ve como si estuviera estable, mostrando una imagen de persona segura, confiada en sí mismo y de mucho éxito. De esta manera quedan contrarrestados los efectos desagradables de haber pasado toda una noche alcoholizándose.


Aunque esta imagen transmite un mensaje erróneo (consumo=éxito, seguridad y bienestar) a la vez nos recuerda la importancia de derribar mitos de estereotipo de la persona consumidora definida como persona que vive en la calle, de escasos recursos, desempleados o sin educación, entre otras etiquetas.



Compulsión a tomar


Una vez dentro del avión, incorpora vodka en su jugo de naranja y podemos plantear que siente la necesidad de beber y además necesita que sea en secreto, dado el contexto en el que se encontraba. Consideramos que no lo hace ni por gusto ni por imprudente, sino por la fuerte compulsión a beber alcohol que padece una persona alcohólica. Luego vemos al capitán Whitaker, en pleno vuelo, dormido, lo cual podemos asociar con el efecto depresor posterior que produce el alcohol, provocando cansancio, falta de energía.


Respecto al episodio que da título a la película (la maniobra heroica y el accidente) podemos pensar que el piloto realizó semejante peligrosa acción quizás por no tener percepción del riesgo que implicaba. Esto se puede entender porque el alcohol al ingresar al organismo produce una acción desinhibidora que estimula los impulsos y bloquea el pensamiento racional.


Luego de aquel suceso decide dejar de consumir y logra mantenerse sobrio, incluso al llegar a su casa de campo elimina todas las bebidas alcohólicas (y marihuana).


Al tomar conciencia de la situación judicial en la que se encontraba, termina con su sobriedad con un vaso de vodka, el cual no es suficiente, ya que necesita de más (por la dependencia física y psicológica que tiene hacia el alcohol) y compra bebidas alcohólicas en cantidad y variedad, retomando así su consumo compulsivo.


Exceso y descontrol


Motivado a estar sobrio para resolver de la mejor manera la audiencia clave por el accidente, logra estar más de una semana sin beber. La noche previa a dicha audiencia, azarosamente se “tropieza” con botellas de bebidas alcohólicas de diferente tipo y color. Inmediatamente abre una, la huele y la cierra, dejándola. Esto genera una ilusión en el espectador que se ha visto impactado por la adicción de Whitaker, que ha quedado cautivado por su acto heroico y que lo ve mejor de salud y queriendo dejar las drogas para salir adelante. Esta ilusión dura muy poco. En la siguiente escena lo vemos tirado en el piso, dormido o inconsciente, con un golpe en la cabeza y muchas, (si no todas) las botellas vacías esparcidas por toda la habitación. Volvemos a encontrarnos con conceptos como dependencia, compulsión, y efecto depresor del alcohol.


Llegado el momento de asistir a la audiencia y frente al deplorable estado en el que Whitaker se encontraba, con consentimiento y ayuda de su amigo y su abogado consume cocaína para “recuperarse”. Y ahí tenemos de nuevo la imagen de seguridad y éxito. Ya “estabilizado”, avanza con marcha firme y enérgica hacia la audiencia.


Aunque en la película no se muestra, también hay casos en donde para “bajar” del estado de hiperestimulación y sensación de pérdida de control que genera la cocaína, se consume alcohol, y así vuelve a generarse una sensación de equilibrio y estabilidad.


Nota: Este escrito enfatiza en la articulación entre consumo de alcohol y de cocaína; en la película se puede observar además constantemente consumo de tabaco.





Melina Gancedo

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