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Prevención y atención del consumo de sustancias en adolescentes

  • Foto del escritor: Melina Gancedo
    Melina Gancedo
  • 10 mar 2021
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 27 sept 2021

En lo que refiere al consumo de sustancias en adolescentes es muy importante conocer cómo es la relación entre él y las sustancias, para poder ofrecer alternativas saludables que puedan cumplir la función buscada en la sustancia.


Esto es, por ejemplo, si el joven se siente inseguro, tímido, y considera que gracias al alcohol, esa sensación desaparece, beberá alcohol no porque le guste si no para desinhibirse y así sentirse mejor consigo mismo. En este caso, podríamos estar hablando de una baja autoestima y de una falsa creencia que le otorga un poder a las bebidas alcohólicas.


Es por ello que se deberá saber para qué se consume y así poder actuar para prevenir un uso problemático de la sustancia.


En este caso se podrá explicar al adolescente que el efecto desinhibidor no es un poder mágico que tiene el alcohol, si no su primer efecto, estimulante, el cual pasado un rato cederá y dará paso al efecto depresor, por lo cual la sensación de éxito disminuirá y primará la somnolencia, la fatiga y la disminución paulatina de las funciones del sistema nervioso central.


No estaría de más recordar que un consumo excesivo de alcohol puede traer aparejado complicaciones, como por ejemplo, sufrir un accidente o provocarlo, al verse disminuida la coordinación psico-motriz y por lo tanto la capacidad de reaccionar.


A su vez, la alteración de la conciencia por el consumo excesivo, puede dar lugar a conductas de riesgo como tener relaciones sexuales sin los debidos cuidados, lo cual no solo puede traer aparejado embarazos no deseados sino el contagio de enfermedades.


Finalmente, es un hecho notorio que aunque los jóvenes conozcan los potenciales riesgos del consumo, muchos de ellos (al igual que los adultos) deciden consumir igual. Por ello, parte de la prevención es informar sobre las consecuencias pero esto es sólo una parte.


También es pertinente generar espacios de diálogo, donde los adolescentes puedan plantear sus dudas, sus preocupaciones, sus vulnerabilidades. Un espacio donde se sientan escuchados.

Esto puede ser en el contexto escolar, barrial o familiar.


Lo importante es conocer qué le sucede a ese joven, por qué considera que las drogas le pueden llegar a servir para mejorar o modificar algo, por qué decide consumirlas, cuál es el tipo de relación que sostiene con ellas: ¿es un uso simple?, ¿existe abuso de drogas?, ¿hay una relación de dependencia hacia ellas?


Hablar e informar son formas de prevenir, pero también escuchar, comprender y co-pensar alternativas a "eso" que la droga “brinda”.

Lic. Melina Gancedo.


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